lunes, 15 de septiembre de 2008

Los Santos Inocentes



Cuando terminas de ver la película estás deseando coger un libro de Delibes -cualquiera- y sumergirte en esa España rural, castiza y feudal de los años 50-60 que con tanta crudeza, pero no por ello menos ternura, supo imprimir el escritor vallisoletano en las páginas de sus obras. La adaptación que Mario Camus hace de Los Santos Inocentes es de merecido aplauso. ¡Qué imágenes, qué bien dirigida y qué brutal interpretación! Alfredo Landa y Juan Diego, sencillamente geniales; lo de Paco Rabal, eso ya no tiene nombre. Para todos aquellos que no la hayáis visto, os la recomiendo fervorosamente. Veréis cómo, después, cuando cierren los créditos, no podéis frenar el impulso de ir a la estantería o la biblioteca o la librería más cercana a por un ejemplar de Las Ratas o El Camino o Cinco Horas con Mario o cualquier otro.

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